Trazos Ciclistas
Parte de la más reciente transformación urbana de la Ciudad de México, la cual sucede desde el principio del milenio, se manifestó a través de nuevas ciclovías en el visible corazón de la ciudad. Desde aquel momento, la pregunta residía en sí ese hecho era sólo una simple finta de desarrollo, una escenografía. En ese tiempo, así parecía.
A cinco años de la inserción del Sistema Eco-Bici en la metrópoli, podemos volver a hablar de una ciudad con visión hacia el futuro, que apostó por proveer de nuevas posibilidades a sus habitantes.
Una de las principales preguntas que aborda la muestra es precisamente la permanencia o trascendencia del movimiento, independientemente de las modas generacionales. Es también a través de investigaciones de campo que nos sorprendimos de una realidad que se manifiesta fuera de la infraestructura ciclista del Distrito Federal.
Así, encontramos que el 55 % de las bicicletas usadas en esta ciudad son las de montaña, haciéndola la tipología más popular –y quizá– la menos adecuada para el ciclismo urbano, el campo de interés para «Trazos Ciclistas».
Dentro de la sala transitamos de las bicis de carreras hacia la adaptación al entorno de la ciudad, fuera del mundo del deporte. La clasificación inicial de la bicicleta nos lleva a entender cómo el diseño ha optimizado y adecuado los objetos, dependiendo de las necesidades y los gustos.
La bicicleta se ha convertido en un receptáculo para el ejercicio del Diseño Industrial y particularmente de muchos autores, como Marc Newson, por ejemplo, quien trabajó en colaboración con la marca danesa Biomega para generar la icónica MN-04 (Fig. 1). No sólo nos concentramos en importantes diseños, también hacemos énfasis en las mecánicas de las bicicletas plegables, y nos interesamos por la bicicleta dentro de momentos cúspide de la cultura popular, lo que la prueba como un objeto de fuerza simbólica dentro del imaginario colectivo.
La bicicleta se adapta a la ciudad. La bicicleta se adapta a los usuarios. El trazo funcionará como representación para englobar estas tres entidades principales. El objeto con su territorio y sus usuarios. El trazo como un proceso creativo es herramienta, comunicación y testimonio.
Archivo Diseño y Arquitectura adopta una línea de programación durante el 2015 que reflexionará acerca de la cultura de hacedores en México a través de sus distintas actividades, buscando catalizar la conversación dentro de nuestro contexto. El ciclismo como un acto democrático, ha demostrado que desde su llegada al entorno urbano se desarrolla como una esencia social. Gracias a esto, las virtudes contemporáneas de la colaboración y el intercambio se manifiestan a través de un objeto fundamentalmente callejero.